lunes, 30 de agosto de 2010

El primer ensayo


El martes pasado volvimos a ensayar. No estábamos todos porque algunos privilegiados seguían fuera de la ciudad, pero sí la mayoría, y fue un verdadero placer reencontrarnos y además de los abrazos, unirnos luego en un ensayo que empezó con las voces algo destempladas, heridas por la alternancia de calores del verano y del frío de los aires acondicionados, resecas de no usarse apenas durante un mes (salvo para gritar a los niños que no corran por el borde de la piscina y rememorar nuestros temas favoritos frente al ordenador o en la ducha). Pero nos costó poco entrar en calor. Unas cuantas capellas bastaron para que el buenísimo de Román dictaminara que no habíamos perdido el pulso del todo...qué alegría.

Estuvimos preparando la boda del sábado que viene y por otra parte, las piezas profanas que compondrán el concierto del 11 de septiembre en el Cercle Català, en sus dos sesiones, la tarde -que celebra la Diada de Catalunya- y la Noche en Blanco, donde todo Madrid está invitado a tomar la calle, los edificios públicos y privados y a disfrutar gratuitamente de montones de actividades culturales...entre ellas, nuestro concierto! qué alegría. (Todos los datos clicando aquí)

Y por último, recordar el arte de la sutileza, que nuestro director nos recordó con vehemencia en el ensayo. Para cantar, no basta con entonar ni con entrar a tiempo: hay que saber matizar incorporando la suavidad a la interpretación, en forma de susurro, de pianissimo, de hilo de voz a veces. Igual que en todas las artes, no hacemos lo que hacemos sólo para nosotros, sino intentando conectar con el público, sin el que nuestro quehacer no tiene sentido. Así que el placer de crear o interpretar no puede excluir la imaginación del público que es quien "termina" la obra. Si no es así, si no dejamos espacio a quienes nos oyen, podemos acabar siendo relamidos y egocéntricos, y eso, amigos, es imperdonable.

(He tardado tanto en escribir esta pequeña entrada porque aún no acabo de encontrar el tono...ha hecho falta que el jefe me pidiera que quitara su foto. Dice que está muy joven así que hasta que lleguen nuevas fotos, ya con sus canas y sus patitas de gallo, tendréis que conformaros con el recuerdo. una vez más la sutileza jeje... y así, mientras quitaba la foto, me he dicho, ¿qué más da que no tenga nada importante que contar? ¿acaso tienen algo importante que decir políticos y futbolistas y están todo el día en la tele? Pues sí, aunque los ensayos felices no tengan historia, ahí os la dejo)

domingo, 15 de agosto de 2010

Diario de una coralista


ES AGOSTO EN TODAS PARTES
El aire cálido de agosto mueve los papelitos de las guirnaldas. Las fiestas ya pasaron por el pueblo de pescadores desierto entre semana. Es el mismo aire sobre el que se desliza el avión que me aparta del mar devolviéndome a Madrid. Y aquí sigue siendo agosto. Canto Moon River por enésima vez y me equivoco en el mismo sitio...se me va la voz a la melodía de las sopranos y es que mi voz es de contralto. (Y si sigo fumando, de bajo)

Dentro de poco hará un año que me uní a la coral Conde Orgaz. Encontrarles fue una de esas maravillas de la vida. Llegaba el otoño del dos mil nueve y la vida prometía ser un poquito más de lo mismo, y se me ocurrió que por qué no hacer algo que deseaba hacer desde hace mucho. Me metí en Internet llevada por el entusiasmo. De la página de la federación escogí las corales que quedaban más o menos cerca de casa, siempre con mi espíritu pragmático, y les envié un mail que se titulaba “me encantaría cantar”. Pues bien, la primera, inmediata y entusiasta respuesta fue la de Román. La coral ensayaba en el parque, imposible más cerca. Una cosa trajo la otra y para cuando recibí una segunda respuesta (mucho menos entusiasta) de otra coral ya me había metido en el lío, en un vini-vidi-vinci que me ubicó entre las contraltos, ahí en la zona izquierda según se mira al jefe…aún no me lo creo… y desde aquel primer ensayo supe que cantar juntos es una de las mejores cosas que existen. Durante todo el curso, me dediqué a aprender canciones y a procurar estar a la altura de los demás. La coral se dedicaba a hacer bodas y funerales como medio de conseguir ingresos, pero sobre todo, como soporte para preparar piezas de otro nivel, para hacer conciertos. Conciertos muy especiales con repertorios muy meditados por Román, temas diferentes que difícilmente se podían escuchar por ahí. La conciencia de esas expectativas del director y por ello, de la singularidad de la música me gustaba todavía más.

El primer gran concierto fue antes de navidad, en la bella iglesia de Torrelaguna. Allí, unidos a la coral del Gregorio Marañón, cantamos mucho y bien…bueno, en aquel entonces yo aún no era capaz de diferenciar lo bueno de lo regular, pero me pareció algo muy especial y admirable. Estaba tan nerviosa que cuando acabamos, estaba sudando y helada a la vez, con los pies como de piedra y la cara arrebolada. Tenía conciencia de haber cometido muchos errores, pero sentí la grandiosidad del canto, la fuerza de las voces, la alegría del espectáculo, y sobre todo, la sensación de estar viva y feliz. Luego vinieron otros conciertos, muchas más piezas, ensayos, practicar respiraciones, y también ir conociendo a la gente…hasta descubrir que nuestras diferentes formas de ser no tienen importancia, que lo que cuenta es el coro.

Peros soy pesada, obsesiva, loquita. y soy incapaz de estar callada (como podéis comprobar). Me he dedicado a mandarle cosas a Romás para ver si le apetecía montarlas. Qué osada soy, porque ahora sé que en cosas de música cuando yo voy él ya vuelve...Tiene una increíble cultura musical, pero seguro que yo he oído cosas más raras. Y luego un día dijo que por qué no hacíamos un blog, a ejemplo de Alba Gregoriana, y ahí que me fui a aprender a hacer un blog. Y aprendí, llena de ilusión, y lo hice suponiendo que iba a abrir una puerta a la comunicación, algo paralelo al correo electrónico con el que nos comunicábamos habitualmente. Pensaba que la gente se iba a animar a hacer sus entradas, o al menos el jefe... pero no fue así, y el caso es que, por ser una recién llegada, nunca estaba segura de lo que debía o podía contar y apenas lo he alimentado, aunque siempre he pensado que era algo que estaba bien, una herramienta que la tecnología pone a nuestro alcance de forma gratuita, un regalo vamos, y por eso hoy, después de unos meses de reflexión, he decidido retomar el blog de nuevo, ahora sí, con un punto de vista definido: el mío. Para contar con mis propias palabras las vivencias de estos días de música. No va a ser un blog de la coral, sino un blog sobre la coral, un ejercicio para recuperar mi palabra en esta nueva época. Mi idea es ir contando lo que pasa, cosas que han pasado y cosas que pasarán. Que os guste. A ver qué sale.



Ya queda menos para el primer ensayo de la temporada, el 24 de agosto. Por eso ahora os dejo para estudiar un poco: el 11 de septiembre cantamos en el Círculo Catalán, doble sesión, por la Diada y en la noche en blanco...y para mí hay muchos temas nuevos, y algunos los llevo regular. Tengo ganas de empezar el curso, y espero ser constante para escribir una crónica que pueda interesaros.

(agosto se desliza por las aceras desiertas de Madrid. Mientras, Román, nuestro director, lleva muchos días callado. No estamos acostumbrados, Pedro ya le echó de menos en un email, pero sabemos que anda tramando algo, muchas cosas a la vez…pues bien, ayer rompio su silencio. Nos ha mandado una música dulce, una canción de amor y compromiso, supongo que para recordarnos que su mente siempre está buscando cosas nuevas y especiales.)

Salud.