viernes, 24 de diciembre de 2010
lo normal
concierto en la Biblioteca Nacional. fotos Ana Muller
Hace mucho que no escribo en el blog. Y en estos días han pasado muchas cosas, cosas importantes, que merecen ser reseñadas. supongo que estaba muy ocupada viviéndolas y me faltaba el rato de quietud necesario para procesarlas, pero hoy, día de nochebuena, parece que todo está más tranquilo en el trabajo, y la ciudad se prepara para las cenas y fiestas camino de compras y estaciones...así que estoy dispuesta o contaros algunas cosas.
Ayer vi uno de los videojuegos a los que juega mi hijo: un paisaje de ciudad árabe de casas y callejas con el sol cayendo a plomo, perfectamente conseguido en 3d. Menos mal que los cadáveres de las víctimas que vas dejando a tu paso no son perfectamente realistas...y es que tú vas con un arma escuchando comunicaciones por radio y matando a todo lo que se ponga por delante. hay miles de juegos de guerra en todas las casas triunfando en los ordenadores, en la red. Es lo normal. también son normales la corrupción, la destrucción de mobiliario urbano y el maltrato a los animales, entre otras lacras.
Pero qué es ser normal? creo que sólo estar en la parte más ancha de las estadísticas. Lo contrario de ser normal sería ser anormal, o subnormal, o paranormal. O mejor, ser distinto, o diferente, raro, especial o extraordinario, infrecuente, maravilloso... Por eso, he de decir que no soy normal. lo sé desde pequeña, lo reconozco. Que no somos normales. No es normal andar entre cantantes aficionados en una coral pequeña con un director excepcionalmente exigente a la par que clemente con un repertorio nada normal y cantando en sitios maravillosos como el ateneo, la basílica de el escorial ...o los escenarios de esta navidad: el colegio mayor elías Ahúja y la Biblioteca nacional.
(con la orquesta en al colegio mayor, antes del concierto...afina que te afinarás)
El concierto del Elías Ahúja era en favor de una pequeña ong llamada ECO, Equipo Cooperante, dedicada a llevar a cabo diferentes proyectos en Paraguay, entre ellos un orfanato dedicado a sacar niños de la calle y enseñarles un oficio. Me reconoceréis que en este mundo tan egoísta, que haya un grupo de seres preocupados activamente por otras personas que están lejísimos no acaba de ser normal. Y como la no-normalidad atrae a los seres extraños, Jesús, el presidente de ECO, atrajo a su proyecto a una compañera de trabajo muy especial, Carmen, la hija de Francisco (tenor y rapsoda de la coral), y ella lió a su padre y a más miembros de su familia para ver si podían construir una panificadora y enseñar a los chicos a hacer pan; y Román se unió a la movida proponiendo cantar para recaudar fondos...y lió a su vez al director de la orquesta de la escuela municipal de música Nicolás Salmerón para que tocaran con nosotros...y ya: nuestro primer concierto de navidad estaba servido.
(el cartel del concierto, hecho por mi diseñador argentino, tambien envuelto en nuestros manejos solidarios)
Fue el viernes pasado. Y vivimos la increíble experiencia de compartir escenario con montones de músicos con violines, violas, chelos y contrabajos. Fue un concierto bonito y un reto más, superado. Cantamos nuestras piezas de navidad y las dos nuevas, Santa Baby y Oh Magnum, y salimos airosos, creo. La pena es que la recaudación para nuestra ong no fue tan alta como esperábamos...pero vamos a seguir ayudando en lo que podamos y no nos faltarán ocasiones para contribuir con nuestras voces a hacer del mundo un lugar un poquito mejor.
El concierto de la biblioteca nacional fue otro cantar. A mí me parecía impresionante actuar en semejante casa, una de las instituciones que me merecen más respeto del mundo. En un espacio así no sólo te ven los parientes y amigos, sino que el público es variopinto, compuesto por gente que tiene interés por la cultura...que no nos conoce y en principio no nos quiere. ¡Qué responsabilidad! bueno, pues como siempre que la responsabilidad es mayor, los nervios y nuestra inveterada torpeza nos jugaron algunas malas pasadas y metimos patas. algunas esperables, otras inesperadas. Menudo desastre fue el coro de mujeres del Rey Esteban...en algunos momentos el coro mudo de mujeres jeje. Dice Román (insisto, clemente) que en algunas canciones brillamos, pero nos recuerda que debemos estudiar más, aprendernos de memoria las canciones para no estar tan pendientes de las partituras, trabajar nuestra concentración y NUESTRA AFINACION y nuestro desempeño individual en general...Vale vale, la evolución nunca es lineal, no voy a fustigarme. Si bien es verdad que el coro está evolucionando, podemos meter patas de vez en cuando, pero en algunas canciones no es normal que lo hagamos...por eso no me siento contenta de este concierto. El simpático equipo directivo de la BN nos regaló un precioso libro de leonardo de vinci y la música y fueron amabilísimos...sólo espero que tengan a bien invitarnos de nuevo el año que viene, cuando se les hayan olvidado los desafines y las tonterías que cometimos. Belén estuvo genial, regalándonos a todas las chicas una flor de fieltro que de ahora en adelante podremos lucir como distintivo en los conciertos...
En fin. Estábamos hablando de la normalidad y sus matices. El martes tuvimos una cena maravillosa, la cena fiesta de navidad del centro Polibea, sede de la coral, donde se dedican a atender, cuidar y hacer crecer a personas con parálisis cerebral. son personas con grandes limitaciones en su movimiento, comunicación y habilidades...Pero esta noche, en que se reúnen con sus educadores, con sus familias y amigos, nos desvelan una nueva condición de la normalidad, al demostrarnos que pueden superarse en muchas formas: que se expresan, que se comunican, que se mueven...y no precisamente para ser normales, o siquiera parecerlo: simplemente son tan extraordinarios todos que, rodeada de esta gran familia, una se plantea todos los estándares y se le abre la mente a esta gran pregunta...¿quién quiere ser normal?
La respuesta es obvia. si queréis ser normales, es fácil: mirad mucho la tele, jugad a viedojuegos violentos, sed corruptos y egoístas. Si asumís que sois raros, haced de la búsqueda de la belleza un estilo de vida; del trabajo y la superación una constante; y de la emoción y el entusiasmo vuestra guía. Poco más: la inminencia de la navidad me inclina hacia la ñoñería y eso no es bueno...
Ah, por cierto, cambio de nombre en la cabecera. Antes me parecía presuntuoso, pero ahora ya no. Para bien o para mal, soy contralto...y queda modificado desde ya.
viernes, 10 de diciembre de 2010
Adiemus
Adiemus es el nombre de una colección de piezas del compositor Carl jenkins, canciones para coro y orquesta en las que las letras están inventadas. No hay texto, no hay mensaje ni significado, los fonemas están escogidos por su sonoridad pues las voces son un instrumento más. Hoy hemos ensayado con una orquesta y hemos cantado el adiemus mientras tocaban violines violas, cellos y contrabajo...y ha sido toda una experiencia, porque los músicos completaban la canción (que hasta ahora había sido sólo de nuestras voces y de la orquesta de lata de román) como la trama y la urdimbre. Era un verdadero placer sentirse instrumento en esa sala.
Éramos una mezcla insólita de seres, posible tan solo en una magna reunión familiar digna del cumpleaños del Padrino o de la mano de la farándula o el arte... había niños, adolescentes, jóvenes y una importante presencia de mayores y mediana edad, nosotros los coralistas, tan compuestos ahí atrás, que llegábamos todos preocupados por cantar con una orquesta. El director, creo que se llama Rodrigo, es un tipo muy simpático, con esa dulcísima coraza de ironía que tienen los buenos profesores. cuando pregunta, ¿quién se ha estudiado esta pieza? una sola manita se levanta. él, resignado, sonríe. Era de esperar, nosotros tampoco hacemos los deberes incluso a nuestra edad provecta... en fin que para casi toda la orquesta era la primera vez que veían las canciones, y por supuesto, que las iban a tocar juntos...y ha sido genial. Un buen ensayo: al final todos sonábamos mucho mejor. "Son como ardillas", me dice Belén viendo lo rápido que sacaban las piezas. El Adiemus ha costado lo suyo, pero al final ha sonado potente y grandioso, como debe ser.
capítulo Román. Al principio sufría un poco, pero luego ha empezado a resplandecer. la música le iluminaba la cara. Y cómo hacía campaña! ha conseguido un contrabajo y casi contrata a una chavalita que se ha equivocado de aula: Pasa pasa, toma estas partituras...¿quieres tocar con nosotros?... si le dejan podemos terminar siendo como el circo del sol. ¡me apunto a trapecista!
conclusiones: me ha encantado nuestra nueva orquesta. Creo que todos vamos a aprender y disfrutar muchísimo con la experiencia. Y lo más importante de todo: he descubierto que cantar con atril es un lujo!
(una vez más mi torpeza con la tecnología nos impide disfrutar de las fotos que hice ayer con mi móvil...a cambio, os pongo una imagen de pájaros en el cielo, que de alguna forma me recuerda a lo que hacemos con la música: mientras en el mundo real pasan los coches a gran velocidad por la calle y la prisa nos come, a en el cielo los pájaros están bailando)
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