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Jerusalem, por William Blake
Jerusalén es la ciudad más deseada, la tierra de dios, de gloria y esperanza, que han codiciado todos los pueblos. La conquistó David y desde entonces ha sido babilonia, persa, romana, bizantina, omeya, cristiana, judía y palestina...ciudad santa para todas las religiones, lugar de peregrinación. Más allá, es un símbolo, la ciudad utópica que está en nuestros corazones, donde residen nuestros sueños, donde es posible alcanzar la felicidad.
Jerusalen de Parry es una obra basada en un poema del romántico William Blake, que habla de refundar una nueva Jerusalen en las pecaminosas tierras de Inglaterra. Hubert Parry, sir, escribió la canción para apoyar a las sufragistas, que luchaban por los derechos civiles de las mujeres, en 1916. Pocos años más tarde, Elgar la arregló para orquesta y le quedó tan bien, tan brillante y potente, que cuando el rey George V la oyó, comentó que debería reemplazar a God save the King como himno nacional.
Me gusta, porque siendo un tema religioso, se lo han apropiado los laboristas, la liga de rugby y la monarquía británica. Allí es tan conocido como aquí el Asturias patria querida... Y es que a todos, ingleses o no, nos conmueve la búsqueda de un lugar ideal en el mundo.
(Sin ir más lejos, el sábado a mediodía trescientos vecinos indignados tomamos nuestra plaza para ver si podemos organizarnos para conseguir un barrio, una ciudad, un mundo más justo. Había desde jovencitos con rastas a hasta abuelas con el carrito de la compra, familias niños, perros y demás. Supongo que todos andamos con nuestra propia Jerusalen en la cabeza...la asamblea de barrio tardó más de una hora en decidir por consenso donde y como quedar la próxima semana, pero lo conseguimos: el viernes que viene a las ocho...el 15M sigue vivo...)
...y a mí, de momento, la voz de las contras del jerusalén de Parry me parece endiablada. sigo como Blake, luchando espada en mano.
Pero nadie dijo que fuera fácil: el camino a jerusalén es largo y las murallas, muy altas.